Por lo demás, bien

¿Cómo estás?

—La verdad es que no es mi mejor momento. Empiezo a sentir que estoy acercándome demasiado al límite de mi resistencia y a pisar peligrosamente la línea que me separa de una crisis emocional de categoría. Me encuentro agotada, psicológicamente hablando. Esto se está haciendo demasiado cuesta arriba y cada día me cuesta más decir que lo llevo bien, que sé que no puedo quejarme. Necesito aire libre, y no solo en un sentido físico-atmosférico. Ni siquiera sé si sé lo que quiero decir. Me siento desmotivada; cada vez paso más tiempo mirando a un punto fijo del infinito en la pared que haciendo algo, productivo o improductivo. No me apetece nada, no me estimula nada, no me llama la atención nada. Estoy irascible: odio a un elevadísimo porcentaje de la humanidad, muy superior al corriente (que ya era elevado) y, básicamente, no soporto a nadie, salvo dos o tres honrosas excepciones entre las que no me incluyo. Es muy probable que ahí radique exactamente el quid de la cuestión: no soporto a nadie porque no me aguanto ni yo. De mis vecinos ya no es que me moleste cuando cantan o gritan o hacen el idiota a un volumen que hace que parezca que viven conmigo, es que ya no soporto ni oírlos hablar. En serio, amiga, si tienes ese tono de voz, lo mínimo que puedes hacer, por respeto, es callarte. Y tu novio es un imbécil. Sin acritud. Estoy experimentando, a ratos variados e inesperados, todos los tipos de soledad que existen que, por si no lo sabías, son unos cuantos. Los experimento y reflexiono sobre ellos y saco conclusiones pero, en cualquier caso, la soledad es soledad y te hace sentir como corresponde. Y tiene poco alivio en algunas circunstancias. No encontrar con quién hablar de la soledad, como símbolo de la misma. A veces estoy triste. La tristeza también viste varios trajes y unas veces es tranquila melancolía, otras, asoladora desesperación, algunas veces, solo un rumor de fondo que te acompaña todo el día. A ratos echo de menos cosas que ni siquiera he tenido y en otras ocasiones, cosas que no sé si volveré a tener; en medio de ambas, las que tengo pero, de alguna forma, ahora tienen que estar en stand-by. Hay minutos del día que se me hacen interminables y todos los días son iguales que el anterior. Cada nueva mañana es una nueva oportunidad a desperdiciar. Me encuentro irritable, hastiada, insoportable, harta, triste y agotada. Por lo demás, bien.

—Bueno, eso es lo importante, estar bien. Me alegro.

Comentarios

  1. Así como cuando crees que eres el único ser extraño y ajeno al mundo y te encuentras con este texto que te expone y te confirma que afuera hay más "humanos" de tu especie. !!Has traducido mi pensamiento textualmente.¡¡🤔👌🏻

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Fin de etapa

A fuego lento

Berta