Entradas

Mostrando entradas de abril, 2020

Berta

Hoy he bautizado a una gaviota. Ya está, ya ha llegado ese momento, ya estoy cruzando el umbral. Conforme lo hacía, una voz interior me susurraba "Estás perdiendo la cabeza". Supongo que oír voces interiores ya es síntoma por sí solo de que la estás perdiendo. Antes o después tenía que pasar. Por bautizar me refiero, obviamente, a ponerle nombre, no a echarle agua bendita por la cabeza y darle la bienvenida al seno de la Santa Madre Iglesia. Por todos es conocido el arraigado ateísmo de las gaviotas. Le he puesto nombre propio. A una gaviota. A u-na ga-vio-ta. No es como ponerle Marcelino a un gato callejero y adoptarlo, aunque niegues que lo estás adoptando y aunque no te gusten los gatos y aunque tú seas más gato que el gato. No. Hablo de llamar por su nombre a un bicho que vuela de un lado a otro sin parar y que se parece tanto a otros bichos que vuelan que, en realidad, podría ser cualquiera de ellos. Pero yo le he puesto nombre a mi gaviota. Se llama Berta. Lo peor